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Implicaciones éticas de la clonación humana


El nombre de Panayiotis Zavos saltó a la luz ya en 2001 al anunciar el 7 de agosto de ese año, junto al italiano Severino Antinori, que se disponía a realizar la primera clonación humana.

Varias parejas se han puesto en contacto con Zavos para que les ayude a superar sus problemas de infertilidad con la misma técnica de clonación usada para crear la oveja Dolly en 1996 en Escocia. "Recibo preguntas todos los días. Hasta la fecha hemos recibido más de cien preguntas y todas son serias. El criterio es que consideren la reproducción humana con clonación como única opción disponible después de agotarlo todo (otras pruebas)", subrayó Zavos.

Para crear Dolly se necesitaron 277 intentos, pero desde 1996 el procedimiento en animales ha mejorado y ahora es más eficaz, si bien muchos expertos consideran que es peligroso utilizar esa técnica en tratamientos de fertilidad humana.

Sin embargo, Zavos considera que los temores relacionados con la clonación animal -como los defectos congénitos- han quedado minimizados.

"En el futuro, cuando nos pongamos en serio a hacer las cosas bien, este (procedimiento) será muy fácil", dijo.

Zavos también ha revelado que ha creado un embrión humano clonado de tres personas muertas, incluido una niña de 10 años de nombre Cady, que perdió la vida en un accidente de tráfico en EE.UU., después de recibir una petición de la familia.

El médico fundió células tomadas de estos cuerpos con óvulos de vacas a los que quitó el material genético, lo que le permitió crear un modelo híbrido animal-humano y que le permitía estudiar el procedimiento de la clonación, según dice.

Pero Zavos dejó claro que nunca fue su intención transferir ninguno de estos embriones híbridos a úteros de mujeres. "No transferiría esos embriones. Nunca lo hicimos para transferir estos embriones", insistió el médico.




Son muchas las consideraciones éticas que pueden hacerse en torno a la clonación humana. Una aproximación sería considerar el fin de la clonación : si es obtener un nuevo ser desarrollado (clonación con fines reproductivos) o un embrión que será destruido para proporcionar células o tejidos (clonación humana con fines terapéuticos).


Existe entre la comunidad científica una actitud bastante generalizada de rechazo hacia la clonación humana con fines reproductivos, aunque sólo sea por consideraciones prácticas: bajo porcentaje de éxitos, alto número de óvulos requerido, posibilidad de alteraciones o enfermedades en los clones... Estas objeciones, que se centran en las consecuencias negativas, no parecen tener suficiente fundamento, y con frecuencia se oye a investigadores afirmar que si hubiese un motivo realmente importante para clonar seres humanos no verían inconvenientes en que se hiciera. Los argumentos con un fundamento de tipo antropológico, y por tanto más sólido, podrían resumirse del siguiente modo:

La clonación, incluso si no conllevara la muerte de embriones y tuviese un 100% de éxito dando lugar a un ser humano sin fallos, supone un atentado a la persona así generada, que sufriría una manipulación difícil de superar:

- El clonado sería seleccionado positivamente por otros, que han decidido cuál va a ser su dotación genética y sus características biológicas.
- El clonado sería generado con un fin: emular a alguien cuyas características interesan por algún motivo: un hijo fallecido al que se pretende sustituir, un genio cuyas habilidades interesa mantener, etc. Las consecuencias psicológicas de esa presión serían imprevisibles.
- El clonado carecería de las relaciones elementales de familia: no tendría en absoluto padre, ni propiamente hablando madre: tendría un hermando gemelo mayor, una madre ovular (¿citoplásmica?) y una madre de alquiler.
Se puede formular positivamente lo expuesto diciendo que, cualquier ser humano tiene derecho a que:
- Ningún tercero decida su componente genético.
- Ser querido por sí mismo y no para conseguir un fin, como emular o reemplazar a alguien (planteamiento que supone, además, un desconocimiento total de cómo son los seres humanos).
- Tener un padre y una madre de los que procede, también biológicamente y que son responsables de él.

Dicho de otro modo: la clonación reproductiva atenta a la libertad del clon, fija sus condiciones biológicas según el criterio de otros, y en ese sentido es un ejemplo difícilmente superable de manipulación del hombre por la técnica (manejada por terceros).


En el campo de la aplicación terapéutica de los embriones se encuentra el verdadero debate que zarandea actualmente la opinión pública y a la comunidad científica. Para describir con detalle en qué consistirían esas posibles aplicaciones hay que hacer referencia a algunos descubrimientos o avances recientes, que no están directamente relacionados con la clonación. Concretamente:

La posibilidad de curar enfermedades llevando a cabo transplantes no con órganos completos, sino con células, mediante la llamada terapia celular. Esto parece una buena alternativa para determinadas enfermedades que son el resultado de el mal funcionamiento de una población bien definida de células. Consistiría en reemplazar las células enfermas por otras sanas, sin necesidad de transplantar el órgano entero.

La posibilidad de obtener células madre embrionarias. En el año 1998 dos grupos de Estados Unidos publicaron la obtención de células madre embrionarias a partir de embriones humanos que procedían de la fecundación in vitro. Esos embriones estaban en la fase llamada de blastocisto. Los blatocistos son embriones de 5-6 días y que tienen un aspecto esférico con una cavidad interna. Se diferencian en ellos lo que es propiamente el embrión (un grupo de células llamado masa celular interna), de las células que darán lugar a la placenta (llamadas trofoblasto). Los “logros” de estos grupos fueron de tipo técnico: tomaron masas celulares internas de varios blastocistos (destruyéndolos en el proceso) y las pusieron en cultivo. Consiguieron por un lado que esas células, llamadas células madre embrionarias, viviesen y se dividieran activamente en cultivo; y por otro lograron una especialización dirigida de esas células: tratándolas con diferentes factores consiguieron que dieran lugar a células tipo piel (ectodermo), tipo tubo digestivo (endodermo) o tipo músculo (mesodermo).



¿En qué consiste entonces la propuesta de clonación humana con fines terapéuticos?

Consistiría en combinar la técnica de clonación con la de obtención de células madre embrionarias, para curar a adultos que tuviesen una enfermedad que pudiera resolverse mediante transplante celular. Esto se haría de la siguiente manera:

1. Mediante la técnica empleada en Dolly se generaría un embrión a partir de células diferenciadas de la persona que se quiere curar.
2. El embrión obtenido por clonación se destruiría a los 6 días para obtener a partir de él células madre embrionarias.
3. Esas células se especializarían hacia el tipo celular necesario para curar a la persona en cuestión.
4. Se implantarían esas células para curar a la persona.

Al proceder de un embrión idéntico a la persona de partida, las células no provocarían rechazo al ser implantadas y además la posibilidad de mantener congelados los cultivos celulares proporcionaría una fuente casi ilimitada de tejidos. Hay que indicar que desde el punto de vista técnico este proceso es aún una mera posibilidad y haría falta mucha investigación para ponerlo en marcha: no se han conseguido todavía tipos celulares bien definidos a partir de células madre embrionarias y hay pocas evidencias de que de hecho puedan curar enfermedades.



¿Y las implicaciones éticas de este procedimiento?

En este caso no hay manipulación del nuevo ser humano, como sucede en la clonación con fines reproductivos, por la sencilla razón de que ese embrión nunca llegará a término porque será destruido para ser fuente de tejidos. Ese mismo embrión implantado en el útero de una mujer daría lugar a un niño, porque el proceso de clonación es idéntico sean cuales sean sus fines (reproductivos o terapéuticos). Salta a la vista que el término “terapéutico” aplicado a este proceso es equívoco: es terapéutico para un ser humano, pero a costa de la vida de otro. La ilicitud de este tipo de clonación se basa en el derecho a la vida que exige la dignidad de todo ser humano, independientemente de su grado de desarrollo. Nadie tiene derecho a la salud a cualquier precio, y menos si el precio es otra vida humana.

Existen alternativas a la clonación humana con fines terapéuticos que no presentan objeciones éticas tan serias. La más interesante es la posibilidad de conseguir células madre de origen no embrionario.

En el cuerpo humano existen células madre de adulto que son precursoras de otros tipos celulares: células menos especializadas que podrían dar lugar a varios tipos de células. En los últimos años se ha descubierto que estas células son mucho más versátiles de lo que se pensaba. Si se ponen en cultivo y se tratan con diversos factores puede hacerse que se diferencien hacia tipos celulares muy diferentes de aquellos a los que habitualmente dan lugar en el cuerpo. Por ejemplo, a partir de células de médula ósea se han conseguido células de músculo, hueso, células nerviosas, hepatocitos, etc...Las células madre se encuentran en el adulto en la médula ósea, el sistema nervioso y órganos diversos.

También pueden obtenerse células madre del cordón umbilical y de la placenta del recién nacido. Como ya hemos indicado, placenta y cordón umbilical proceden del embrión y sus células tampoco provocarían rechazo.



Utilizar esas células para auto-transplantes no presentaría ningún inconveniente ético, ya que no habría una nueva vida implicada. Otras posibilidades serían la modificación genética de células madre procedentes de otras personas para que no provocaran rechazo, o la existencia de bancos de células a los que se pudiera acudir para buscar células compatibles con la persona que las va a recibir.

En definitiva: hay muchas vías terapéuticas que van haciéndose posibles por el desarrollo de la ciencia y que no vulneran el respeto debido a la vida humana en todas las fases de su desarrollo. Es deber de todos defender la vida humana y fomentar que se canalicen los esfuerzos de la investigación hacia lo que son verdaderos avances.







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La bomba Atómica

Muchos físicos, investigadores del átomo, habían abandonado Alemania por su condición de judíos. Otros, como el italiano Fermi, habían emigrado en desacuerdo con el fascismo que imperaba en su país. Y todos ellos se habían refugiado en Estados Unidos. La idea de que los sabios alemanes que habían quedado en su tierra pudieran preparar el arma atómica era una suposición que podía hacer de Hitler el amo del mundo.

Los científicos nucleares Leó Szilárd, Edward Teller y Eugene Wigner, refugiados judíos provenientes de Hungría creían que la energía liberada por la fisión nuclear podía ser utilizada para la producción de bombas por los alemanes, por lo que persuadieron a Albert Einstein, el físico más famoso en Estados Unidos, para que advirtiera al presidente Franklin D. Roosevelt de este peligro por medio de una carta que Szilárd bosquejó y fue enviada el 2 de agosto de 1939. En respuesta a la advertencia, Roosevelt incrementó las investigaciones acerca de las implicaciones en la seguridad nacional de la fisión nuclear.


El lugar elegido para situar la planta de acabado fue Los Alamos, en Nuevo México, lejos de cualquier centro habitado. En la bomba se puso a trabajar un ejército de científicos, de técnicos, de militares: directa o indirectamente, más de cien mil personas, la mayoría ignorantes de la finalidad rea! de su trabajo. La movilización fue total. Todos los recursos disponibles se pusieron al servicio de la gigantesca empresa. Cientos de millones de dólares se gastaron en un esfuerzo tecnológico que abarcó una colosal planta construida en Tennessee, un grandioso laboratorio en la Universidad de Columbia, una enorme instalación en Oak Ridge, otra en Hanford. Y en Los Alamos, junto a la planta atómica, surgió una ciudad habitada por los científicos y sus familias. Era difícil que aquella dispersión no traicionara el secreto exigido. Pero los severísimos controles y la más estricta vigilancia evitaron cualquier filtración..


El proyecto Manhattan consiguió su objetivo de producir la primera bomba atómica en un tiempo de 2 años 3 meses y 16 días, detonando la primera prueba nuclear del mundo (Prueba Trinity) el 16 de julio de 1945 cerca de Alamogordo, Nuevo México. La continuación del proyecto condujo a la producción de dos bombas A conocidas como Little Boy y Fat Man con pocos días de intervalo, las cuales detonaron en Hiroshima el 6 de agosto de 1945 y en Nagasaki el 9 de agosto respectivamente.

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Ciencia con Conciencia


Cada día está cobrando más fuerza el hecho que la ciencia tenga un compromiso social más involucrado en el bienestar de todos los seres, no solamente del ser humano. La ciencia no es como para abultar los bolsillos de unos pocos o llenar de fama y prestigio a otros tantos, sino que debe de ser puesta siempre al servicio para el bienestar de toda la humanidad y del universo entero.

Cuando se usa la ciencia para encontrar la solución a los problemas universales de la humanidad se convierte en un proyecto de vida, si se cede en el hecho de rendirse, se tira  a la basura el bienestar de la humanidad y se condena a los demás a no vivir.


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La ética y la inteligencia artificial

Se considera aquí que las decisiones problemáticas desde un punto de vista ético son sólo aquellas que puedan perjudicar directa o indirectamente a las personas. Por lo tanto se debe cuestionar si el desarrollo y explotación de un sistema inteligente puede afectar a la vida, la salud (lo que incluye el medio ambiente), la libertad, la intimidad, el puesto de trabajo o la dignidad de alguien, y en general a su bienestar físico y mental.


La amenaza planteada por la automatización de actividades laborales se relaciona con la destrucción de puestos de trabajo.
No es fácil clasificar los campos de aplicación de la inteligencia artificial, pues tienden a ser todos los imaginables. Para identificar grandes familias de aplicaciones y sus problemas éticos asociados se ha optado aquí por un criterio sencillo y bastante claro, basado en las funciones más elementales que realiza un sistema digital.
Hay cuatro funciones básicas que se realizan en cualquier proceso o sistema complejo: almacenamiento, transporte, proceso y control. En función de estas cuatro tareas básicas, identificamos los siguientes tipos de aplicaciones informáticas:
Gestión de información. La información se almacena físicamente en las memorias, y a más alto nivel en las bases de datos. En estas aplicaciones, la función principal es el almacenamiento y recuperación de información.
Comunicación. La información se transporta mediante sistemas y redes de comunicaciones.
En estas aplicaciones, el transporte es la función más importante.
Control. El control de los sistemas consiste en la sincronización de las tareas que realiza cada uno de los subsistemas para garantizar la consecución de una tarea común más compleja. En estas aplicaciones, la función de control es dominante.
Razonamiento automático. El proceso o transformación de información corre a cargo de procesadores (a nivel físico) y sistemas de cálculo automático en general. En este tipo de sistemas, la función de proceso de información es la fundamental.
Cualquier sistema digital complejo reúne todas estas funciones básicas. Pero habitualmente es fácil identificar cuál es la función dominante de una aplicación, y esto nos permite caracterizar sus distintos problemas éticos asociados de una forma sencilla.
El problema ético más inmediato en un sistema de razonamiento automático es el mismo que en otros tipos de sistemas: hasta qué punto el objetivo fundamental de la aplicación es ético cuestión más general es hasta qué punto debe confiarse a una máquina la toma de decisiones, cuando nunca puede ser responsable de las mismas.


En problemas que incluyen atributos éticamente conflictivos, la decisión final debe tomarla una persona que se haga responsable de las consecuencias. Una herramienta automática puede generar el conjunto de soluciones óptimas, para que el usuario de la herramienta escoja entre ellas.

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Investigación para la humanidad

Manuel Elkin Patarroyo, científico colombiano, realiza sus investigaciones desde la selva Colombiana para desarrollar la vacuna contra la malaria, él trabaja con monos "Aotus" que junto con los gorilas son los únicos que desarrollan esta enfermedad.
Patarroyo mostró su generosidad y deseo de compartir esta solución al rechazar las propuestas de muchas farmacéuticas con cheques en blanco para que les vendiera su patente, pero el sabe que este tipo de conocimiento no se puede tener un fin de lucro, si no que su fin es ayudarle a la comunidad, razón por la que quiso dársela a la OMS, con la condición que su vacuna no se volviera un negocio.
El científico Colombiano que hace unos años fue rechazado por las multinacionales farmacéuticas, presento su primera vacuna contra la malaria, pero según un estudio de la OMS solo tuvo una efectividad del 35%, por lo que esta organización nunca produjo la vacuna, para su propio apreciación la vacuna debió distribuirse y salvar a muchos que siguen muriendo a causa de la enfermedad, por esta razón, decidió que la próxima vez que tuviera un avance importante no lo volvería a informar hasta no estar totalmente seguro.
Ahora asegura que su segunda generación de la vacuna no la va entregar a la OMS, esta vez quiere que el gobierno español, (quien le ha extendido la mano para avanzar en sus investigaciones), junto con el colombiano la distribuyan con valor simbólico.
Refiriéndose a las investigaciones que sobre la vacuna de la malaria se realizan en Estados Unidos, dice que la diferencia es que el no asesina los monos con los que trabaja, y que los devuelve después de un tiempo a la selva de donde los saco, y obviamente que sus fines no son de lucro y, que por otro lado el pudo desarrollar una vacuna sintética lo que abarata los costos.  


Recalca que uno de los momentos mas fuertes de su vida, fue cuando haciendo pruebas de la vacuna, se la implanto a unos soldados que trabajan con el, y en la mitad de ellos no se desarrollo la enfermedad, pero el momento critico llego cuando uno de ellos casi se muere, ahí se dio cuenta que la barrera entre ser un santo a un asesino es muy frágil.

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La ciencia y el cotidiano

Habitualmente se cree que la ciencia, a decir de Xaab Nop Vargas, "es de pocos, que sólo la entiende gente que tiene recursos económicos o los que son genios".
La ciencia tiene sus orígenes en la curiosidad del hombre ante lo que lo rodea, en su necesidad por encontrar una explicación racional a los fenómenos que observa. Esta curiosidad ha acompañado a la humanidad a lo largo de la historia y se repite en cada uno de nosotros desde nuestra infancia. Los niños preguntan continuamente el por qué de las cosas. En su mente se van generando ideas que intentan explicar el mundo que nos rodea. A través de las observaciones, de las informaciones recibidas y de las explicaciones elaboradas el alumno construye su propio conocimiento (Pozo, 1996).
Por otra parte, esa misma curiosidad provoca que la actitud de niños y jóvenes hacia cuestiones, hoy en día cotidianas, relativas a la ciencia sea en principio favorable.


Cualquier niño se muestra entusiasmado ante la idea de mirar las estrellas a través de un telescopio, de hacer una excursión con una brújula o unos prismáticos para observar los animales,de utilizar un cronómetro, o de realizar cualquier experiencia.
Hiancy Nájera tiene 10 años y cursa el cuarto grado en la escuela primaria República de Panamá; a su corta edad reconoce que las ciencias naturales no son precisamente su materia favorita, porque "son muy difíciles y no las entiendo", comentó la estudiante.
Sin embargo la mañana de ayer viernes aprendió algo que en la escuela no le habían enseñado hasta entonces, que la "física-matemática es accesible a cualquier persona, pues los fenómenos físicos son parte de nuestra vida diaria".

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Teoría e investigación científica


Para llegar a una correcta definición de lo que es la investigación científica y más aún para comprender todas las implicaciones que esta conlleva, es necesario indagar sobre concepciones preliminares que al respecto se suscitan, por ejemplo ¿Qué es una investigación? ¿Existen diferentes tipos de investigación? y si es así, ¿Cuáles son sus diferencias? También existe el cuestionamiento ¿Qué caracteriza a una investigación científica?.  Estas y otras preguntas que referentes al tema puedan surgir serán el objeto de estudio de este tema.
La investigación es un proceso formal y sistemático de pensar, que emplea instrumentos y procedimientos especiales con miras a la resolución de problemas, a la búsqueda de respuestas en torno a una situación, o a la adquisición de nuevos conocimientos.
Las clases de investigación son:



Cuando se trabaja en cualquiera de las clases de investigación anteriormente mencionadas es muy importante tener en cuenta el nivel al cual se quiere llevar dicha investigación. Para realizar una diferenciación entre niveles de investigación se  hace referencia al grado de profundización, de rigor y exactitud que se exige a la investigación, al igual que al método empleado para la misma. Es importante aclarar que a medida que se aumenta el nivel de la investigación también se requiere mayor grado de preparación y esfuerzo.
 
Los niveles de investigación son:
Nivel Descriptivo: Lo que se pretende particularmente es realizar una descripción del fenómeno investigado, es decir, referenciar sus características, rasgos y propiedades principales. Este nivel está asociado básicamente a las preguntas ¿Qué es?  y ¿Cómo se comporta?
Nivel Clasificatorio: Tiene como referente la sistematización y organización de datos obtenidos que han sido claramente presupuestados. Se tiene en cuenta la discriminación y clasificación a partir de las propiedades y características descritas en el nivel anterior.
Nivel Aplicativo: Este implica ir más allá de la recolección de datos y su posterior clasificación, en este nivel se hace necesario brindar una o varias explicaciones sobre un fenómeno, de igual forma busca la relación causa-efecto del mismo teniendo en cuenta los contextos teóricos y prácticos en los cuales se puede involucrar.
Investigación Científica
Al igual que toda investigación, la de carácter científico también es un proceso sistemático que emplea determinados instrumentos y procedimientos con el fin de adquirir nuevos conocimientos; entonces ¿Qué caracteriza a la investigación científica?.
La investigación científica es un proceso sistemático más complejo que involucra la recolección de datos (ya sean cualitativos o cuantitativos) a partir de un plan preestablecido los cuales son interpretados y tiene como finalidad modificar o complementar el conocimiento científico9; de igual manera es un proceso muy organizado y objetivo, es decir, que se debe aplicar un método de investigación (El método científico) y sus conclusiones no se pueden basar en impresiones subjetivas de quien investiga, sino que deben responder a hechos analizados y medidos con antelación.
Por otro lado, la investigación científica se basa en los procesos involucrados en la metodología científica, particularmente en el método científico, el cual direcciona el quehacer del investigador en ciencia.  Dentro de este proceso investigativo se tiene en cuenta aspectos como la observación, la medición, la comparación, el análisis y la interpretación entre otros. Finalmente, este tipo de investigación corresponde a la búsqueda intencionada de conocimientos o de soluciones a problemas de carácter científico.